Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita de junco y capulí;
ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita
la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.
Dónde estarán sus manos que en actitud contrita
planchaban en las tardes blancuras por venir;
ahora, en esta lluvia que me quita
las ganas de vivir.
Qué será de su falda de franela; de sus
afanes; de su andar;
de su sabor a cañas de mayo del lugar.
Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje,
y al fin dirá temblando: «Qué frío hay... Jesús!»
y llorará en las tejas un pájaro salvaje.
Volver a César Vallejo
maravilloso poema, una sencillez extraordinaria , pero a la vez una maestria de construir versos, dandole el ambiente cerrano, tanto al personaje como al poema.
que hermosa manera de escribir versos
de describir a una mujer en sus afanes y el afan de morir nadie lo quiere pero todos lo vivimos
este es un un exelente trabajo el que hizo este maravilloso poeta
es maraviljoso
q xvr poema esa manera de componer poemas es unica y original
Innovador, extraordinario y sencillo
convierte las cosas mas sensillas de las vidas en poesia.
EXCELENTE..
El uno en una lado, la otra en el otro...y se recuerdan. Dulce y triste poéma de los seres que la vida separa.
esta dindo esta poesia de cesar vallejo es increible sus palabras emocionante y sencillo
Es muy hermoso este poema .
es realmente fabuloso ah
nadies es como vallejo
un poema muy lindo, asi no lo haya leido.
mentira ta chevere
Sin embargo, considerando la época y las circunstancias en que fue escrita... Supongo que es un sentimiento hecho verso.
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