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Rafael Mendoza
Poemas desde la cama
I
Cuesta mucho esta forma de instalarse.
Parecemos bandidos de TV
Que deben cuidarse de la policía.
Dentro de unos años,
Cuando mis confesiones sean leídas públicamente
En las Academias Naturalistas,
Nadie querrá creer lo que luchamos por incendiar
Estos momentos.
Cuando eso, te levantarán una estatua
Con una placa de piedra lunar que dirá:
MARCIA
LA AMIGA HORIZONTAL
DE UN CONFESOR DESCONOCIDO.
Bajo ella llorará tu madre cada tarde
Y rezará novenas por tu alma.
Al cumplir las niñas los quince años
Quemarán hierbabuena a tus pies y pedirán
Que las virtudes les sean concedidas.
¡Lástima!
No vivirás para ver las ferias del amor,
Ni tu vida representada en las catedrales,
Ni las reinas de la pureza,
Cabalgando desnudas en blancos alazanes.
¡Lástima, Marcia!
¡Lástima!
Pero lo bueno es que los hijos de nuestros enemigos
No tendrán que esconderse para instalar su amor,
Te lo aseguro.
II
Siempre he querido hablar de ciertas cosas que debes conocer,
Aunque supongo que no las creerás. Por ejemplo,
Los misiles. Han dado misiles a los pueblos.
En todas partes tienen campos llamados bases
Donde cabrían cientos de familias pobres.
Si lo vieras. Pueden tirarlos donde quieran
Y hacerlos estallar desde un sillón igual al de tu jefe.
¡Y los pájaros! ¡Se chamuscan cuando estalla un misil!
¡Se evaporan como pequeños hiroshimas en el aire!
¡Qué decirte de los árboles! ¡Se vuelven
chicharrón vegetal! ¡Si los vieras!
Pero tú no puedes ver nada damita mía.
Tú sólo puedes estar a mi lado para amarme
Y prestarme tu espalda para que pueda
Escribir mis versos desde la cama.
Pero créeme:
No todo es juego de sábanas y corr-que-te-alcanzo.
Con dos o tres misiles nos pueden hacer mierda,
Y sin moverse de la silla.
Y tú preocupada por una gripa. Te abates
Porque el 30 por ciento le cayó a los cosméticos,
Y chillas cuando pierdo un botón de la bragueta;
Pero
¡Si te dieras cuenta
De las cosas que hay afuera!
III
Advertirás que algunas veces
Evitaré tu cercanía.
La intimidad me corresponde en ocasiones.
En tal sentido difiero de los seres humanos.
A ellos les están reservadas las alturas,
Las flores y los pájaros,
También las naranjas,
Los caramelos
Y las tarjetas de felicitación.
Pero tú debes conocer la timidez de los poetas,
Su vecindad con las babosas,
Con la severidad de los rincones
Del suelo.
Estamos destinados a resistir la gravidez de la naturaleza.
No podemos tener el lujo de escribir
Cartas familiares, por ejemplo,
Y si un ejecutivo alcanza un alto puesto
En equis compañía, de seguro
Que un escritor se queda ciego o se le cae
El diente único que le quedaba para morder tragedias.
Esto te digo
Porque es justo y necesario informarte
Que a veces me siento como aborto
De la creación.
IV
Desearía que habláramos de amor.
No el que amparamos aquí, cuando libres
De ese niñito gordo que es le mundo, sino el otro
Que adorna la piel de lo excitante.
Hoy no conviene rascar las mismas picaduras.
Basta ya de abordar la bacteriología que usarán en la guerra.
Dejemos ya que tengan paz el papa
Y la papisa que le lustra al buen viejo su bacinica de oro.
Para qué recalcar que la luna está rota.
Y es que nos la pasamos, después de cada round,
Espulgando estupideces de la gente,
Que al ché lo traicionaron
Que fusilaron a tu abuelo
Y no entienden que Cuba es una institutriz.
No, Marcia.
Pongámonos en onda pero en forma distinta.
Dejemos que los periódicos se coman esos platos,
O dejémoslo para otra ocasión,
Para cuando estés con tus días y no podamos irnos a la gloria.
Ahora,
Es conveniente que hablemos del amor.
V
Haces mal en asustarte cuando te hablo de mi muerte.
No hay razón para que los muslos se te ericen.
Nosotros,
Los malditos,
Estamos condenados a pensar en la muerte.
Así hemos sido todos.
Fíjate en Modigliani.
Amadeo era un joven de pulmones como uvas.
Se le secaron en las noches a vender bocetos
Para que su mujer tomara chocolate por el frío.
¡Si hubieras conocido a Juana!
Cómo hubieras reído al ver la cara de su padre
Cuando la vio llegar una mañana después de haber dormido
Entre pinceles y sábanas manchadas con el pobre amadeo.
¡Qué amantes eran ellos!
Mandaban al carajo la tristeza y se pintaban
Desnudos mutuamente.
El le pidió una vez que se tiraran al Sena porque
una bella muerte era mejor que vivir tristemente.
Si hubieras presenciado aquella exposición de sus cuadros
En la galería Berthe Weil. Fue un gran fracaso.
Llegó la policía a exigir que retiraran el desnudo
Que Amadeo pintó de su mujer en la chaisselonge
Porque un desnudo con pelos era muy indecente.
¡Ah pendejos!
¡Qué hubieran dado aquellos chafarotes por uno de esos pelos!
Si.
Hay cosas más amargas que la muerte.
Como el hecho que la enciclopedia Espasa
No mencione las obras de Amadeo Modigliani
Y que las grandes obras que pintan los malditos
Sean acaparadas por museos privados.
Ya te lo he dicho, Marcia.
No todo es juego de risa y nalgadas.
Hay cosas muy terribles.
Si hubieras visto al pobre tísico pintando prostitutas
En un burdel de Niza, para pagar sus curaciones,
Que no lo salvaron de quedar con los ojos trabados
En el hospital de París,
Y todo
Para que los críticos actuales se jacten
De encontrarle angustia a su poesía.