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Sergio Badilla



En la madrugada de Testa allé



Cuatro cervezas Tuborg para apagar la sed después de un crack.
La anochecida es más oscura en Tensta allé en este invierno del siglo octogenario
Hay nubes ornamentales en la persistencia de la noche
náufragos bacantes que
celebran una ocurrencia como si fuera a concluir el universo
Un rubio maniquí convertido en basura
corre semi desnuda hacia la calle porque teme por su vida
- cargada de cicatrices -
da pasos inciertos en la sombría mugre del cemento
Quién sería el que le dio el último volumen del residuo níveo
para lacerar su puta piel con aguijones
Mira hacia el cielo pero no ve nada
luego sorbe irascible un trago más y deja un poco de bebida
en el fondo de la lata
para quien quiera disponer por entero de la náusea
antes de la madrugada
Otro ángel blanco va dando tumbos entre los pilares del bulevar
y la ninfa se pierde en
una maraña de escaleras automáticas donde sube con su minifalda
de figurilla de escaparate de Hennes & Mauritz
más arriba de sus muslos macilentos
Sus compinches se rien de ella a carcajadas.
Ha mirado ella lo absoluto con ojos gigantescos
huyendo de sí misma desde el lobby de un hotel de mala muerte
mientras alguién atisba detrás de una ventana
Domingo el canario se muere en un baño pestilente de la T- Centralen
con una sobredosis de heroína
Un centelleo opaco de unos focos policiales
destellan la ruindad de la noche
luego llega la hora de evadirse por la E4 con destino a Södertälje
con una Smith y Wesson que aún estorba en las manos sucias
Acaricio - antes de seguir la ruta -
después de un prolongado suspiro
las piernas de la virgen roñosa
El tinte de los párpados se ha escurrido en su semblante anémico
El coche se pierde hacia las pistas de cascajos de Fittja
su falda de satén está salpicada de vómitos...hasta sus botas.
Sólo recuerda la luz del ascensor que la condujo al subterráneo
Un parvo reflejo de la escasa nieve después de una lluvia
Los viejos en el bar escudriñando a alguna casquivana
para escapar de las sombras y su caducidad en medio de las sábanas
En un costado un muchacho enciende otro pitillo de crack.
Las fechas no corresponden con la vanidad holística del siglo
Las elites de las ciudades iluminadas del mundo próspero
están absorbidas con los cambios de gobierno y el mercado
En lo inmediato
una escena con una doncella que alucina en una realidad grotesca
En el arcón de un tugurio quedaron empacados sus escasos bártulos
La niebla está lastrada de borrasca
el viento comienza a azotar de nuevo en las vidrieras
en la noche de Testa allé.