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Concepci�n Silva B�linzon



Gentes apresuradas



La amapola se quema y no asustarse
(el padre se vistió para la tumba)
gentes apresuradas sin mirarse
sobre un tronco flotante... llora y zumba.

El perdón no bastaba sin amarse
viviendo sólo en parte se derrumba;
soportar cualquier cosa no es salvarse
el verano tan largo ya retumba.

Más allá de la muerte, no es la muerte:
hay que lavar las manos una a una
la sangre de los mártires convierte.

Traiciones del océano y las rocas
ausencia de vergüenza en la tribuna
y asistimos a misa entre las focas.