www.Poemas-del-Alma.com
Luis de G�ngora
INFIERE, DE LOS ACHAQUES DE LA VEJEZ, CERCANO EL FIN A QUE, CATÓLICO, SE ALIENTA
En este occidental, en este, oh Licio,
Climatérico lustro de tu vida,
Todo mal afirmado pie es caída,
Toda fácil caída es precipicio.
¿Caduca el paso? Ilústrese el juïcio.
Desatándose va la tierra unida;
¿Qué prudencia, del polvo prevenida,
La ruina aguardó del edificio?
La piel no sólo sierpe venenosa,
Mas con la piel los años se desnuda,
Y el hombre, no. ¡Ciego discurso humano!
¡Oh aquel dichoso, que, la ponderosa
Porción depuesta en una piedra muda,
La leve da al zafiro soberano!