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Catalina de Z��iga
Respuesta
El diligente deseo
podría se de placer
por el dulce devaneo;
mas la fineza dél, creo
que está puesta en padecer,
porque aunque poder cumplille
en servidio del amado
es el bien más estimado,
lo que cuesta el diferille
hace el mérito doblado
Mayor deudo con lo feo
no sabiendo el negro color,
sin saber si es lo mejor
yo diría a ley de creo
que de azul el resplandor.
Subir un hombre vencido
podrá, cuando la vitoria
guste de echar en olvido
al que ayer favorecido
hoy borre de la memoria.
Mas pensar que ser amado
con el que ama tiene igual,
eso estáse averiguado
por ser caso reservado
para gente de caudal.
Para amado, ¿quién no basta?
Para amar, ¿hay bueno alguno?
A no llamarme inoportuno
jurara que desta casta
no ha quedado ya ninguno.