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Marlon Meza Teni
Viajes (v) (De Ángeles Callejeros)
Uno de los trabajos más difíciles para un ángel
es aprender a volar en el sueño de un moribundo.
***
Aquél ángel volaba lento
con las alas empapadas de sangre
y el llanto de una ciudad bombardeada.
***
Hay un rincón del sueño en donde mi recuerdo ha guardado
un pedazo del mediterráneo. Allí, sirenas y delfines juegan entre espacios de ángeles y mar azul. Es fácil verlos y sentirlos en el letargo
de mi almohada, pero no hay que padecer de estrellas del ocaso ni de barcos en la alborada.
***
El trabajo es miserable, decía uno.
Hay ángeles que de ida reemplazan a una cigüeña y de vuelta son buitres vasallos vestidos de muerte.
***
Los ángeles son los delfines del cielo.
***
Cuando descubrió que la religión era una mala pieza de teatro
aquél ángel vendió las alas para poderse pagar
una entrada que al final de la parodia
le dejara una salida.
El ángel verde de la montaña emigra
porque su vuelo no esta hecho a prueba de otoño.
***
Sobre la ciudad de los deseos
el ángel volaba más alto
para no ser aspirado por los bostezos de la niña
que siempre lo metía en un sueño de nidos, tijeras y jaula.
***
Aburrido, el ángel le diría que soltara la cola del cometa
porque a cambio le daría una pluma
para volar como el poeta.
***
Al llegar la noche
el niño se aferró a sus alas
para no caerse nunca más
de la cama.
***
Cría cuervos y te espantarán los ángeles
***
Murió sin querer enseñarme el secreto del viento
y yo me hice una almohada con sus alas
para soñar bien lo que siento
y caminar mejor lo que no vuelo.
***
Por muy buena que fuera
yo ya sabía que aquella ángel
sólo me llenaría de
lágrimas y tinta
el corazón.