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Miguel Otero Silva
Corrío del Negro Lorenzo
¡Yo soy el Negro Lorenzo!
Negro del Tuy, negro negro.
Noche con alma. Tambor
dormido bajo mi pecho.
Dormido bajo mi pecho
tengo un dolor de candelas,
corazón rojo por dentro,
corazón negro por fuera.
Corazón negro por fuera,
corazón sombra del blanco,
si tengo rebelde el pelo
tengo rebeldes las manos.
Tengo rebeldes las manos,
manos trenzadas al viento
mientras lanzo al viento el grito:
¡Yo soy el Negro Lorenzo!
Yo soy el Negro Lorenzo,
nieto y biznieto de esclavos,
cruzado de cicatrices
como negro tronco de árbol.
Como negro tronco de árbol
de pie atisbo la sabana
que invita a correr por ella
con banderas coloradas.
Con banderas coloradas
y palpitar de tambor
al frente de gritos negros
fundidos en una voz.
Fundidos en una voz
oigo los lamentos negros
de las negras cicatrices.
¡Yo soy el Negro Lorenzo!
¡Yo soy el Negro Lorenzo!
Negra noche, negra el alma,
negro de pecho desnudo,
negro cortador de caña.
Negro cortador de caña
como mi abuelo y mi padre,
esclavo negro de todos,
esclavo no soy de nadie.
Esclavo no soy de nadie
porque soy lo que no soy,
tengo un dolor de candelas
y un palpitar de tambor.
Y un palpitar de tambor
bajará por los barrancos
como la voz de los muertos,
los negros muertos esclavos.
Los negros muertos esclavos,
mi abuelo y mi bisabuelo.
Negra y rebelde es mi mano.
¡Yo soy el Negro Lorenzo!