Poemas de Jacqueline Goldberg
- a esto...
- a uno le gusta echarse...
- alguien...
- ante la paciencia de ajenos...
- el corazón del paciente...
- el moribundo nos convoca...
- en la víspera de cualquier acontecimiento importante...
- en vacaciones no hay casa...
- hay un tiempo...
- hay una mujer...
- la familia espera en la cuerda floja...
- la familia resiste en la cuerda floja...
- Luba
- me he vuelto ceremoniosa...
- nadie creería que el verano...
- no hablen de huidas...
- no me interesa...
- pertenezco...
- rota...
- será inútil mi empeño...
- si el paciente emana de su encierro...
- si quedara un hombre...
- también los quirófanos son un sermón...
- teniéndome cerca...
- todo termina...
- uno termina amando...
- vigílame...
Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Jacqueline Goldberg:
alguien...
alguien
deberá perpetuar mi necedad
ser el vástago
entre ninguno
serás elegido
no habrá preguntas
sólo tú
vuelto náusea
pertenezco...
pertenezco
al otro lado del cuchillo
a la memoria
de ciertos pudores
mi viaje es la ebriedad
del desalmado
herida dispuesta
carne
que se echa a los dioses
hay un tiempo...
hay un tiempo
de esperas
y calles altas
un hombre
un ángel
un sueño
que escribo
desde siempre
en la madera
del deseo
en los últimos rincones
de lo que
simplemente
no puedo deci
rota...
rota
en los comienzos
sin tierra
sin nadie que me siga
con la única puerta
atravesada
en la piel
el corazón del paciente...
el corazón del paciente
bombea con parsimonia
el nuestro sucumbe a las arritmias
del solazo estival
el tránsito del viernes
las palabras cometidas
a esto...
a esto
le llaman fugarse
pero
-insisto-
lo que duele
lo que asusta
no es la herida cerrada en la mesa
ni el vientre asombrado de una virgen
hablo de mecerse
y dejar caer el deseo
arrojarse uno
con todo y cuerpo
con la lengua recorriendo
un país de sexos inválidos
sin perderse
sin admitir apodos
asuntos indebidos
sin aferrarse
a esos muros sostenidos en la carne
a fuerza de ciudad