Poemas de Jorge Manrique
Biografía de Jorge Manrique
Heredó de su familia dos vocaciones: las armas y las letras. Entre sus parientes literatos, se destacó su tío, Gómez Manrique, gran poeta y autor dramático.
Sus actividades militares se despliegan a partir de 1465, tomando parte en la guerra civil entre el rey Enrique IV de Castilla y los nobles. Siempre acompañó a este rey en su lucha contra la nobleza y también estuvo junto a Isabel, en su enfrentamiento con su sobrina Juana.
Su obra es tan breve como su existencia. Sólo se conservan 48 poemas, siendo un poeta de transición, entre el medioevo y el Renacimiento, pero prevaleciendo el primero. Su obra se caracteriza por un lenguaje sencillo, de rima no muy cuidada, llegando a veces, al vulgarismo.
Su poesía toma tres direcciones temáticas:
- Poemas sentimentales, dentro de los cuales se distinguen los alegóricos al modo provenzal, como "Castillo de amor", "Escala de amor" y "La profesión que hizo en la orden de amor" y las canciones de sutileza sentimental, algunas escritas en forma de esparzas y otras como de motes, tales como "Sin Dios, sin vos y sin mí" y "Es una muerte escondida".
- Poemas satíricos, donde llega casi a los límites de lo procaz, como por ejemplo: "Un convite que hizo a su madrastra" y "A una beoda que tenía empeñado su brial en la taberna". Sin embargo no fue ajeno a las finas sutilezas aún en la poesía humorística, como lo demuestra en "A una prima suya", en que juega con el término del título en su doble acepción de parentesco y de cuerda de instrumento musical.
- Poemas elegíacos: Heredero del espíritu del primer conde de Paredes de Nava, su nota lírica más profunda es la de la nostálgica reflexión frente a la fugacidad de los bienes terrenos.
"Coplas por la muerte de su padre", es sin lugar a dudas, su obra más destacada. Nos muestra a su padre, en los últimos instantes de su vida terrenal, tomando las enseñanzas cristianas de la muerte no como aniquilamiento sino como tránsito.
Insiste en su plenitud de vida bien empleada con enseñanzas morales. La muerte se presenta consoladora y con un aliento de esperanza. Es este poema uno de los clásicos de la literatura española de todos los tiempos.
En el año 1479, cayó herido de muerte, en defensa del campo de Calatrava, frente al castillo de Garci Muñoz, en Cuenca.