El niño entró en la sombra de su árbol de extramuros
donde dejaba diariamente sus quehaceres de intestino.
Y si otro niño en árbol vecino se acuclillaba
y se aliviaba
brotaba entre ambos
la honrosa complicidad en la depuración
del buen animal.
Esta vez, sin embargo,
una visión suspende al niño, lo fija
con estupor
bajo su árbol:
En medio de una anterior limpieza
crecía
Y lo estremeció la imaginación del viaje
de la pequeña menestra
a lo largo de su cuerpo, su recorrido indemne,
incontaminado
y defendiendo
en su íntimo y delicado centro
el embrión vivo.
Y en la memoria del niño,
con difícil contento,
comenzó a elevarse para siempre
la planta mínima, tu principio, tu verde banderita,
poesía.
Volver a José Watanabe
En realidad parece broma de mal gusto a primera vista, pero si nos situamos en lugar y época del escritor, podemos ver que su techo es el cielo, su sanitario el hueco de un árbol. Ahora bien, metámonos en la imaginación de ése niño, con ésa cultura, que un día vé entre sus eses, el brote de una planta. También de allí crece la vida...De romántico no tiene nada y no me agrada tampoco. Pero; es cierto!.
felicitaciones.
Rafael.-
EJEMPLO QUE LA VIDA ES, NO TIENE VERGUENZA, PREJUICIOS, NI SIQUIERA FISIOLOGÍA DE FUNCIONES BIOLÓGICAS.
ES, INDEPENDIENTE DE NUESTRA ESTRUCTURA FÍSICA, Y SE PRESENTA DONDE TIENE QUE PRESENTARSE.
Yo lo encuentro de una gran delicadeza y por lo mismo muy lejos de la ordinariez tanto en el contenido como en la exposición. El hecho de que el protagonista sea un niño avala, más si cabe, esta argumentación.
Saaleykuss
Habla de transformación de materia,
surgimiento de vida,
el autor menciona,
de manera para mi no muy clara,
sus inicios en poesía...
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