En lo más abrupto y alto
de un gran peñón de basalto,
detuvo un águila el vuelo:
miró hacia arriba, hacia arriba,
y se quedó pensativa
al ver que el azul del cielo
siempre alejándose iba.
Escrutó la enorme altura
y, con intensa amargura,
sintió cansancio en las alas.
(En la glacial lejanía
el sol moría, moría
entre sus sangrientas galas
bajo la pompa del día).
Y del peñón por un tajo,
miró hacia abajo, hacia abajo,
con desconsuelo profundo;
el ojo vivo y redondo
clavó luego en lo más hondo...
y asco sintió del mundo
¡vio tanto cieno en el fondo!
Si huía el azul del cielo,
si hervía el fango en el suelo,
¿cómo aplacar su tristeza?
Ah, fue tanta su aflicción
que, en su desesperación
se destrozó la cabeza
contra el siniestro peñón.
Volver a Julio Flórez Roa
Que lindo el poema :L
NUESTRA TRISTEZA ES INFINITA.ALGUNOS FAVORECIDOS, NOS DAN UNA MANO PARA LEVANTARNOS, Y SÍ, ALGUNOS LO LOGRAMOS.....
Rafael.
miró hacia abajo, hacia abajo,
con desconsuelo profundo;
el ojo vivo y redondo
clavó luego en lo más hondo...
y asco sintió del mundo
¡vio tanto cieno en el fondo!"
Te comprendo Silva...
pretenden controlar todo,
haciendo mas pobre al pobre,
esclavizando al mundo...
Existe gran desilusión,
Pero el verdadero Poderoso
todo pondrá es su lugar
Debes estar registrado para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.