(Constantinopla, Mayo 29 de 1453)
Bandera de carne a la altura de los buitres.
No he querido arrancar la guerra o
Marchitar el grito desgarrado de un pueblo
Que bulle confuso.
Escucho el canto que se escapa
De los calabozos
Y reconozco en él
El objeto más concreto de la lucha.
Siempre
Un altar infranqueable sobre el Egeo
Reclama sangre.
¡Venganza!
¡Muerte!
¡Expulsión!
¡Oh desolado!
Hay un foso destructor
En el revés
De las palabras.
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