Por las ondas del mar de unos cabellos
un barco de marfil pasaba un día
que, humillando sus olas, deshacía
los crespos lazos que formaban de ellos;
iba el Amor en él cogiendo en ellos
las hebras que del peine deshacía
cuando el oro lustroso dividía,
que éste era el barco de los rizos bellos.
Hizo de ellos Amor escota al barco,
grillos al albedrío, al alma esposas,
oro de Tíbar y del sol reflejos;
y puesta de un cabello cuerda al arco,
así tiró las flechas amorosas
que alcanzaban mejor cuanto más lejos.
Volver a Lope de Vega