Como si fuera cándida escultura
en lustroso marfil de Bonarrota,
a Paris pide Venus en pelota
la debida manzana a su hermosura.
En perspectiva Palas su figura
muestra por más honesta, más remota;
Juno sus altos méritos acota
en parte de la selva más escura;
pero el pastor a Venus la manzana
de oro le rinde, más galán que honesto,
aunque saliera su esperanza vana.
Pues cuarta diosa en el discorde puesto,
no sólo a ti te diera, hermosa Juana,
una manzana, pero todo un cesto.
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