Pero las cosas han cambiado.
Míralas
en su desconocido firmamento.
Esta lámpara joven.
¿Qué soledad descubre su luz en el espejo?
Este vaso de agua.
¿Qué noche de verano comprende sus secretos?
Estas vigas azules.
¿Qué araña tejerá el dolor de sus cuentos?
El idioma dormido de las cosas
exige un corazón subtitulado
para contar los sueños.
Míralas,
hablándote despacio, igual que a un extranjero.
Volver a Luis García Montero