Amo en ti
a todos los amantes que pasaron
-rostros en la sombra
del negado sueño a los recuerdos-
viento fugaz y sin huellas
sobre mi territorio intacto.
En ti, amo
también,
a los que conmigo ardieron
y se quemaron sobre mi piel
hasta volverse ceniza.
Polvo de recuerdo
desmenuzado.
Y...amo en ti
a los que amé, y he odiado,
a los que de mí hicieron lacería
triturando mis sueños y mi carne
hasta dejarla rota
esclava sumisa
de las lágrimas.
Por eso en ti, amo
a todos los amantes:
al amor claro
y al amor oscuro.
Amor total
ancho, largo y hondo
como la muerte.
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