Abre sus pétalos de terciopelo
Mientras la cubre gélido rocío,
Hecho de lágrimas que forman río,
De los que sufren sin tener consuelo.
Rosa el fulgor ya desvanece el frío
De su color bajo un celeste cielo.
Ya ni el dolor, el miedo o el flagelo
Sobreviven ante su aroma pío.
Quiere darnos paz bajo un sol dorado,
Esmeralda el cáliz, la faz sedosa...
Sentir que al fin el mundo está cambiado...
Flor que nos da su fruto, generosa...
¡Debería crecer sobre este prado!
¡En vez de muerte vil y guerra odiosa!
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