I
Perdido en ese túnel de sí mismo
creyendo ver la luz en la luciérnaga
y el infinito en la línea de la mano,
llevando por delante
solo cinco sentidos...
¡y lo sabía todo!
Angosto y frágil intelecto,
astillado y dudoso.
Hubo que retorcerte la carne y la memoria,
bajar la cremallera del saco que te viste
y exhibirte los huesos,
esa armazón tan pobre como tu propio yo,
para que te miraras al espejo.
II
Me he mudado de barrio
y de casa y de ropa;
cambié mi maquillaje y mi peluca
para ver si me encuentro
y me estrecho la mano.
III
Hoy he visto un fantasma
mirándome de frente con sus cuencas vaciadas
y alargando la mano
su dedo descarnado
señalaba el abismo
que llevo por conciencia.
Visión retrospectiva entre la nebulosa.
IV
Me he detenido.
Recogí los pedazos que quedaron dispersos
allí, frente a mi casa.
Quise tomar los cabos sueltos
de la oportunidad que voló de mis manos
y apretar ese sueño que no llegó a cuajarse.
Desde mi pequeñez busqué
el tiempo perdido...
Fallido intento.
La espina se clavó más adentro,
el tiempo sigue allí, tan vivo como yo.
Esa es la diferencia...
V
Hay que revisar el calendario
de atrás hacia adelante
para ganarle al tiempo la batalla.
Sufrir lo no sufrido,
pensar lo no pensado,
vivir lo no vivido
y darle otro sabor,
anticipándolo.
Volver a María Cristina Orantes
este la verdad es un poema que no se reduce al simple hecho de cómo suena... lleva tan dentro de sí el sentido de la vida... tal vez un sinsentido.
Rafael.
"Hay que revisar el calendario
de atrás hacia adelante
para ganarle al tiempo la batalla.
Sufrir lo no sufrido,
pensar lo no pensado,
vivir lo no vivido
y darle otro sabor,
anticipándolo."
Valor e inteligencia de la autora,
para introspección profunda,
descubrir virtudes y defectos,
de gran valor personal,
corrigiendo errores,
seremos mejores...
errores,
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