Un deseo de ríos y palmeras
me tiembla entre los dedos
enredándose
en la voz del tiempo
tan cansado
que va nombrando las calles
donde nadie ha pasado llorando desde entonces
y está en juego el recuerdo de la piña
fermentándose en las venas,
en mis labios que desean el azúcar,
o ese tiempo del regreso
al amarillo de un girasol despierto
centro de fieltro
encrucijando tiempos.
Volver a María Eugenia Caseiro
Gracias Ma. Eugenia, es gratificante compartir tan hermoso DESEO.
Cariños sinceros
Lena
Gracias Ma Eugenia, gracias por tu patria, que por su azucar, es mi patria, y gracias por el verso.
Mayra
Debes estar registrado para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.