Me pesaba su nombre como un grillo de hierro,
me pesaba su nombre como férrea cadena,
me pesaba su nombre como un fardo en los hombros,
como atada a mi cuello me pesara una piedra.
Ya no está junto al mío la injuria de su nombre, y... me pesa!
Me pesaba su amor ambicioso y mezquino,
me pesaba su amor de deseo y de queja,
me pesaba su amor que más que amor fue odio,
su dignidad abrupta que más era soberbia.
Ya no tengo su amor, su dignidad, su odio,
y... me pesa!
Me pesaba su celos pendientes de mis gestos,
me pesaban sus celos candentes de tragedia,
me pesaban sus celos adustos, implacables,
envolviendo mi cuerpo con obscura sospecha...
Ya no tengo sus celos, su sospecha, su injuria,
y ¡Dios mío ! me pesa...
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