Desmedida en tu huella,
eres hija inocente
del desierto y las olas.
Azul incandescencia.
Remota en tus senderos,
en la cumbre perfecta
del racimo y los labios,
cíngulo de tu aliento,
dormido en las adelfas.
¿Eres diosa o camino?
Mujer acaso. Y basta.
Volver a María Rosal
grasias por aser un poema q dice mi nombre les quedo hermoso lla q me lo dedicaron me lo dedico alguien muy especial.
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