Mi corazón emprende
de mi cuerpo a tu cuerpo último viaje.
Retoño de la luz,
agua de las edades que en ti, perdida, nace.
Ven a mi sed. Ahora.
Después de todo. Antes.
Ven a mi larga sed entretenida
en bocas, escasos manantiales.
quiero esa arpa honda que en tu vientre
arrulla niños salvajes.
Quiero esa tensa humedad que te palpita,
esa humedad de agua que te arde.
Mujer, músculo suave.
La piel de un beso entre tus senos
de oscurecido oleaje
me navega en la boca
y mide sangre.
Tú también. Y no es tarde.
Aún podemos morirnos uno en otro:
es tuyo y mío ese lugar de nadie.
Mujer, ternura de odio, antigua madre,
quiero entrar, penetrarte,
veneno, llama, ausencia,
mar amargo y amargo, atravesarte.
Cada célula es hembra, tierra abierta,
agua abierta, cosa que se abre.
Yo nací para entrarte.
Soy la flecha en el lomo de la gacela agonizante.
Por conocerte estoy,
grano de angustia en corazón de ave.
Yo estaré sobre ti, y todas las mujeres
tendrán un hombre encima en todas partes.
Volver a Jaime Sabines
esta de poca m gracias por escribir esas cosas tan chidas yo tambien soy escritor bueno no tan bueno pero m gustari compartir todas las cosas k eh echo
micorreo es [email protected]
este poema mezcla de una forma maravillosa el lenguaje y el erotismo humano ... genial . en estos tiempos que quiza se ha dejado de lado la poesia , soy de las pocas personas que siente pasion por la literatura y sobre todo por la poesia, me gustaria conocer a las personas q tengan la misma pasion - [email protected]
"Aún podemos morirnos uno en otro" este párrafo me sonó a shakespeare.
El fnal no me gustó tanto.
Gracias por compartirlas.
El final es un deseo
de contagiar,
el amoroso
momento vivencial
con el ser amado
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