No conoció el encuentro
del hombre y la mujer.
El amoroso vello
no pudo florecer.
Detuvo sus sentidos
negándose a saber
y descendieron diáfanos
ante el amanecer.
Vio turbio su mañana
y se quedó en su ayer.
No quiso ser.
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bellisimo poema del grandioso Miguel Hernandez
MÁS PARA NOSOTROS ÉL ES AÚN NUESTRO HOY...
un grande de siempre Miguel, le faltó vida
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