Dios mío, yo te ofrezco mi dolor:
¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!
Tú me diste un amor, un solo amor,
¡un gran amor!
Me lo robó la muerte
...y no me queda más que mi dolor.
Acéptalo, Señor:
¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!...
Volver a Amado Nervo
ofrecer el amor por la persona muerta.
Yo iré a buscarla cuando mi hora llegue,
y pediré a mi Dios que con ella me lleve.
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