Mañana cuando emigre tu mirada
bajo un amanecer de alas viajeras,
mañana cuando auroras mensajeras
sollocen en la sombra madurada...
Entonces lloraré porque te fuiste.
Y al sentir tu presencia tan remota,
será menos naranja la chiltota
bajo aquel naranjal que tú encendiste...
Te miraré cruzar por mis dolores
como una golondrina desolada,
de párpados abiertos como flores...
Aquí, crucificado frente al cielo,
mañana cuando emigre tu mirada
acaso pensaré que estás en vuelo...
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