Oh dama sin corazón, hija del cielo,
auxíliame en esta solitaria hora
con tu directa indiferencia de arma
y tu frío sentido del olvido.
Un tiempo total como un océano,
una herida confusa como un nuevo ser
abarcan la tenaz raíz de mi alma
mordiendo el centro de mi seguridad.
Qué espeso latido se cimbra en mi corazón
como una ola hecha de todas las olas,
y mi desesperada cabeza se levanta
en un esfuerzo de salto y de muerte.
Hay algo enemigo temblando en mi certidumbre,
creciendo en el mismo origen de las lágrimas
como una planta desgarradora y dura
hecha de encadenadas hojas amargas.
Volver a Pablo Neruda
EL POEMA ME PARECIO SUPER BONITO ES COMO TAN MELANCOLICO ES MUY HERMOSO ME GUTO MUCHO MUCHOS SALUDOS CHAO
que puedo decir, si amo a neruda y amo todos sus poemas .
Es mi maestro ,aprendo , de el
no otro mas grande para mi que pablo
es un poema muy grato, tanto para el lector como para quien lo escribio, se persive el sentimiento con el cual lo desarrollo y encanta es el ¡mejor!
es agradable de leer
muy muy bueno
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