PERO volvieron.
(Pedro se llamaba.)
Valdivia, el capitán intruso,
cortó mi tierra con la espada
entre ladrones: "Esto es tuyo,
esto es tuyo, Valdés, Montero,
esto es tuyo, Inés, este sitio
es el cabildo".
Dividieron mi patria
como si fuera un asno muerto.
"Llévate
este trozo de luna y arboleda,
devórate este río con crepúsculo",
mientras la gran cordillera
elevaba bronce y blancura.
Asomó Arauco. Adobes, torres,
calles, el silencioso
dueño de casa levantó sonriendo.
Trabajó con las manos empapadas
por su agua y su barro, trajo
la greda y vertió el agua andina:
pero no pudo ser esclavo.
Entonces Valdivia, el verdugo,
atacó a fuego y a muerte.
Así empezó la sangre,
la sangre de tres siglos, la sangre océano,
la sangre atmósfera que cubrió mi tierra
y el tiempo inmenso, como ninguna guerra.
Salió el buitre iracundo
de la armadura enlutada
y mordió al promauca, rompió
el pacto escrito en el silencio
de Huelén, en el aire andino.
Arauco comenzó a hervir su plato
de sangre y piedras.
Siete príncipes
vinieron a parlamentar.
Fueron encerrados.
Frente a los ojos de la Araucanía,
cortaron las cabezas cacicales.
Se daban ánimo los verdugos. Toda
empapada de vísceras, aullando,
Inés de Suárez, la soldadera,
sujetaba los cuellos imperiales
con sus rodillas de infernal harpía.
Y las tiró sobre la empalizada,
bañándose de sangre noble,
cubriéndose de barro escarlata.
Así creyeron dominar Arauco.
Pero aquí la unidad sombría
de árbol y piedra, lanza y rostro,
transmitió el crimen en el viento.
Lo supo el árbol fronterizo,
el pescador, el rey, el mago,
lo supo el labrador antártico,
lo supieron las aguas madres
del Bío Bío.
Así nació la guerra patria.
Valdivia entró la lanza goteante
en las entrañas pedregosas
de Arauco, hundió la mano
en el latido, apretó los dedos
sobre el corazón araucano,
derramó las venas silvestres
de los labriegos,
exterminó
el amanecer pastoril,
mandó martirio
al reino del bosque, incendió
la casa del dueño del bosque,
cortó las manos del cacique,
devolvió a los prisioneros
con narices y orejas cortadas,
empaló al Toqui, asesinó
a la muchacha guerrillera
y con su guante ensangrentado
marcó las piedras de la patria,
dejándola llena de muertos,
y soledad y cicatrices.
Volver a Pablo Neruda
me parecio largo
No hay palabras para describir lo que siento cada vez que escucho o leo estas líneas...
Pero no pudo ser esclavo. Y nunca lo seremos!!!
un poco latero
buena su paina super
muy largo
Jamas un poema de PABLO NERUDA sera largo y menos carente de finura literaria,por el contrario este gran escritor nos trastoca con su poesia los mas hondos sentimientos patriotas.
Reafirmo mi admiracion por NERUDA,es su poesia un ejemplo de gran sentimiento patriotico.
C.Profra.Esther Boehler Suarez
[email protected]
La duración de un poema depende de lo que su autor quiere expresar y éste tiene el justo tiempo de lo que describe; nos muestra como es desmantelado un suelo y dañada su simiemte, algo similar a lo que pasa en toda 'América Latina'. El poéta canta el dolor de su tierra en versos, solo así puede expandirse. [email protected]
Debes estar registrado para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.