Patricia Medina

Patricia Medina es una respetada poetisa mexicana, nacida en Guadalajara en 1947. Su obra no sólo se lee en su tierra, sino que ha trascendido las fronteras, llegando a darse a conocer en otros países y contando con traducciones a diversos idiomas. Se trata de una verdadera apasionada de las letras y por eso, además de escribir preciosos poemas, dicta talleres de creación literaria y es presidenta de la Asociación de Autores de Occidente y directora del área de estudios Literalia. Así, comparte sus conocimientos con aquéllos que deseen formarse en esta materia y colabora con diferentes actividades de difusión artística.
Ha sido galardonada con diversos e importantes premios, tales como el Alfonso Reyes de Poesía, el Nacional de Poesía, entre otros. Además, el Ayuntamiento de su ciudad instauró el premio poético que lleva su nombre, para homenajear su incansable labor como poetisa.
Entre sus obras poéticas podemos mencionar "Trayectoria del ser", "La memoria era hoy" y "La diosa del enigma". A continuación es posible disfrutar de algunas de sus poesías, a través de una completa selección de su lírica; entre las mismas se encuentran "Yo amaba de mis ojos...", "No me dijeron: el bosque está ocupado" y "Dormirme en mí para soñarme otra".

Poemas de Patricia Medina

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Patricia Medina:

Dormirme en mí, para soñarme otra...

Dormirme en mí, para soñarme otra
para ya no dormirme
con los sueños ajenos
para permanecer despierta
cuando hordas de sueños
incumplidos
me hagan su residencia.

En mí dormirme
y parecer despierta
y hacer treguas de vida con la otra
la que tiene el control
de cada sueño
que me hizo dormir
para soñarme.

Arte mayor (III)

Tu lengua llega a casa
los manzanos despiertan.
Despacio te deslizas
por hondos laberintos.

Con el filo del ojo
me partes en un parto
de remolino y savia.
Lechada está la ropa
que le hurtamos al cuerpo.

Sobre tus piernas duerme
espiga triste
el único testigo.
Después de la labranza
tu semilla se seca
entre mis zarzas.

Cercano de la grieta que te miente...

Cercano de la grieta que te miente

disecciona la uña tu luto pasajero

¿de qué se aglutinó polen y savia

para hacerte esa sangre

que te ha dejado inmóvil?


Cada línea en la huella forma el laberinto

un dedo lleva al otro sobre la misma mano

sólo la piel es una

pero en los surcos guarda

los deshechos del día:

la refracción del polvo.


Por esa gruta avanza un cuerpo asido

por millares de uñas.

¿Eres tú el que se marcha?

Porque olvido los nombres de las cosas comunes...

Porque olvido los nombres de las cosas comunes:
el hijo que no tuve
nuestro centro nutricio.
Porque recuerdo tanto la infancia contra el cielo
al cielo sobre el charco
y a mis ojos sopesándolo todo...

hoy quisiera cerrar
la llave de esa puerta que fracasa
frente a tanta pupila congelada

quedan muy pocas calles
para hilar el espectro:
palabras que al decirse me retraten
no olvido ni recuerdo
ni mi mano asustada enmedio del renglón

sólo el inicio de la primera letra
de mi buscado nombre.

No me dijeron: el bosque está ocupado...

No me dijeron: el bosque está ocupado
ni tampoco: el bosque es ente vivo
yo me vine a ganarlo porque era libre entrar
y más fuerte y más hondo
y más viejo que yo.

No me dijeron: hay una casa adentro
ni tampoco: hay una casa adentro con mujer
yo estaba en un olvido de puertas amaestradas
para volverme cárcel las veredas.

Quien recuerde, lo diga:
nadie habita dos veces en el mismo bosque
que un desertor arrasa.
Lo demás es leyenda:
que una ninfa infeliz deambula entre los fresnos
que es fría como los peces
que anda en busca del gnomo para pertenecer.

Recobraré el perdón por haberme soñado
en un bosque desierto
jamás inscrito en la cartografía de mis edades.

Pero éste fue mi bosque
aquí comí la miel
aquí me puse a defender el polen.

Vine del mar...

Vine del mar
de aquel mar vertical que mis ancestros
miraron desbordarse
de aquel que por el norte
se abrió a la embarcación de las especias
y al sur se fue envolviendo con la tromba

yo le ofrecía los huecos de mis manos
y la sal más profunda de mis ojos
pero no se alejó

hay los mares así
que se adueñan de todo el territorio
donde avanzan los niños
a saltos entre el charco y el cemento
encarrerado el corazón
por tanto transitar aventurado
que junta los azúcares del lago
con las jaras del río

los nunca mansos mares
donde el atún escala
las redes angulares de un enigma
que siempre lo preepara
para dueños más aptos
y vigías
de mares antagónicos.