Las hojas al trasluz
el tronco seco
Sola queda la rosa
solo el parque,
solo queda el camino,
yo
voy sola.
La lluvia no me empapa
la cara, ni una brizna
de yerba ni un cabello;
Sólo los píes se mojan
sin reserva
en los últimos charcos
de la tarde.
Ando mil gotas
lentamente.
Las nubes se han parado,
ya no hay prisa.
El cansancio me cala
hasta los huesos
y el otoño me pesa
toneladas.
Volver a Pilar Marcos