Hoy gozo en la poesía obedezco creo en sus oráculos como también empecé
a creer en dios sus profetas potestades desde aquella noche en que falto de fe
me arrastré convalecí hasta ti chorreando tristísimas escamas
amamantando salamandras con mis más negras raíces glaucas lágrimas
que no sé de dónde y a poco me abriste el milagro de tus piernas
angélicas y supremas para que yo amor amor me santificara a perpetuidad
y entonces nazco brillo dolor también adiós.
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