Se paró provocando a la bestia
que lo miró de lejos. Ya cerca
con el purpurado trapo en vuelos
un ojo negro se le clavó en el pecho.
Volver a Raúl Orozco
Se paró provocando a la bestia
que lo miró de lejos. Ya cerca
con el purpurado trapo en vuelos
un ojo negro se le clavó en el pecho.