Poemas de Raúl Zurita
- A las inmaculadas llanuras (I)
- Anteparaíso III (Fragmento)
- Aún abandonados florecerían
- Canto a su amor desaparecido
- Como pastizales malditos
- Diálogo de Chile
- El ascenso del Pacífico
- El desierto de Atacama (III)
- El primer canto de los ríos
- El verdor de la madrugada
- Guárdame en ti
- Inscripción 178
- Las playas de Chile (I)
- Los nuevos pueblos
- Zurita
Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Raúl Zurita:
Guárdame en ti
Amor mío: guárdame entonces en ti
en los torrentes más secretos
que tus ríos levantan
y cuando ya de nosotros
sólo que de algo como una orilla
tenme también en ti
guárdame en ti como la interrogación
de las aguas que se marchan
Y luego: cuando las grandes aves se
derrumben y las nubes nos indiquen
que la vida se nos fue entre los dedos
guárdame todavía en ti
en la brizna de aire que aún ocupe tu voz
dura y remota
como los cauces glaciares en que la primavera desciende.
A las inmaculadas llanuras (I)
i. Dejemos pasar el infinito del Desierto de Atacama
ii. Dejemos pasar la esterilidad de estos desiertos
Para que desde las piernas abiertas de mi madre se
levante una Plegaria que se cruce con el infinito del
Desierto de Atacama y mi madre no sea entonces sino
un punto de encuentro en el camino
iii. Yo mismo seré entonces una Plegaria encontrada
en el camino
iv.Yo mismo seré las piernas abiertas de mi madre
Para que cuando vean alzarse ante sus ojos los desoaldos
paisajes del Desierto de Atacama mi madre se concentre
en gotas de agua y sea la primera lluvia en el desierto
v. Entonces veremos aparecer el Infinito del Desierto
vi.Dado vuelta desde sí mismo hasta dar con las piernas
de mi madre.
vii. Entonces sobre el vacío del mundo se abrirá
completamente el verdor infinito del Desierto de
Aún abandonados florecerían
Abandonados no verían las llanuras sino sólo un vocear recorriendo los
valles alucinante creciendo como si un chillido les partiera hecho añicos
sobre sus pastos
i. Porque un crío era Chile chillando por el pasto
ii. Por eso todos se partían estremecidos sintiendo sus chillidos
iii. Por eso todos aguardaban quebrados por otros pastos que les
enverdecieran sus penas
Para que abandonados empiece a oírse desde los valles el vocear de
nuevos crios enverdeciéndoles sus penas y sólo pastos miraran allí los
abandonados hijos de Chile
iv. Porque allí podrían enverdecer las penas de Chile
v. Incluso los valles crecerían como los crios de una pena
vi. Porque todos los hijos de Chile volverían a tender el verdor
que olvidaron del valle
Para que chillando todos los hijos de Chile se tiendan como un verdor
que les renaciera desde sus penas y allí se les vea venir corriendo sobre
estos pastos todos partidos de gozo cantando aún abandonados flo-
recerían.
El primer canto de los ríos
Es el amor ... ése es el amor
Ay ése es el amor...
Ay ése es el amor que hemos llorado tanto ... se
largan los ríos que se aman ... partiendo
Cauce abajo ... arrojándose sobre las praderas
que lloraban mirándose ... Nosotros somos las
montañas que lloraron mirándose dicen los ríos
que las llamaban ... arrastrándolas
Borrascosos ... tras las largas praderas que los
vientos subían ... Quiénes nos subieron el dolor
de esas montañas se van diciendo las inmensas
praderas del cielo ... Somos todos los pastos de
este mundo les contestan largándose los ríos
que se aman ... abiertos ... tirados ... rompiéndose
El ascenso del Pacífico
Se encumbró entonces el océano
y nuestras pupilas miraban el portento
sin todavía creerlo
Escuchamos de nuevo las rompientes, las
infinidades de islas
subiendo igual que estrellas sobre el cielo
Allí está el Pacífico hombre, allí, encima,
de nuestras cabezas
y no lo crees y tus ojos lloran
y no puedes entenderlo y tus ojos lloran
todos los que amamos son el mar
Todo lo que amamos es el mar
América es un mar con otro nombre
Anteparaíso III (Fragmento)
Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle
si ya ni mis gemidos conmueven
a la que ayer arrastraba su espalda por las piedras.
Pero hasta las cenizas recuerdan cuando no era
nadie y aún están los muros contra los que llorando
aplastaba su cara mientras al verla
la gente se decía "Vámonos por otro lado'
y hacían un recodo sólo para no pasar cerca de ella
pero yo reparé en ti,
sólo yo me compadecí de esos harapos
y te limpié las llagas y te tapé, contigo hice agua
de las piedras para que nos laváramos
y el mismo cielo fue una fiesta cuando te regalé
los vestidos más lindos para que la gente te respetára.
Ahora caminas por las calles como si nada de esto
hubiese en verdad sucedido
ofreciéndote al primero que pase
Pero yo no me olvido
de cuando hacían un recodo para no verte
y aun tiemblo de ira ante quienes riendo te decían
"ponte de espalda' y tu espalda se hacía un camino
por donde pasaba la gente
Pero porque tampoco me olvido del color del pasto
cuando me querías ni del azul
del cielo acompañando tu vestido nuevo
perdonaré tus devaneos
Apartaré de ti mi rabia y rencor
y si te encuentro nuevamente, en ti me iré amando
incluso a tus malditos cabrones.
Cuando vuelvas a quererme
y arrepentida los recuerdos se te hayan hecho ácido
deshaciendo las cadenas de tu cuello
y corras emocionada a abrazarme
y Chile se ilumine y los pastos relumbren.