Poemas de Roberto Juarroz
- Algún día encontraré una palabra... (Poesía Vertical I - 51)
- Callar puede ser una música... (Poesía Vertical VI - 20)
- Décimacuarta poesía vertical (43) (Póstumo)
- Décimocuarta poesía verical (95) (Póstumo)
- Décimocuarta poesía vertical (104) (Póstumo)
- Décimocuarta poesía vertical (72) (Póstumo)
- Décimocuarta poesía vertical (82) (Póstumo)
- Décimocuarta poesía vertical (88) (Póstumo)
- Décimocuarta poesía vertical (96) (Póstumo)
- Décimocuarta poesía vertical (97) (Póstumo)
- Decimos lo que decimos... (Poesía Vertical XIII - 73)
- Décimotercera poesía vertical (41)
- Digo palabras frente al espejo... (Poesía Vertical XI - I - 18)
- Duodécima poesía vertical (29)
- Duodécima poesía vertical (41)
- El amor empieza...
- El cielo ya no es una esperanza... (Poesía Vertical VI - 102)
- El corazón empieza bajo tierra...
- El corazón más plano de la tierra...
- Estoy contigo... (Poesía Vertical VIII - 43)
- Hallaré una palabra...
- Hay mensajes cuyo destino es... (Poesía vertical VI - 3)
- He encontrado el lugar justo...
- Hemos amado juntos tantas cosas... (Poesía Vertical IV - 25)
- Hoy tengo casi todas las palabras... (Poesía Vertical XIII - 75)
- La casa del hombre (Poesía Vertical X - 17)
- Las múltiples metamorfosis de la locura... (Poesía Vertical VIII - 41)
- Me doy vuelta hacia tu lado... (Poesía Vertical X - 44)
- Me visitó una nube... (Poesía Vertical V - 51)
- Menos que el circo ajado de tus sueños...
- No se trata de hablar... (Poesía Vertical VIII - 2)
- Pienso que en este momento... (Poesía Vertical I - 9)
- Porque esta noche duermes lejos... (Poesía Vertical I - 44)
- Primera poesía vertical (I)
- Quinta poesía vertical (10)
- Rostro contra rostro...
- Si has perdido tu nombre... (Poesía Vertical IV - 8)
- Todo pudo haber sido... (Poesía Vertical VI - 4)
- Un amor más allá del amor...
- Undécima poesía vertical ( IV-16)
- Undécima poesía vertical (IV-1)
- Undécima poesía vertical (IV-28)
- Vaivén de la ternura... (Poesía Vertical XII -33)
- Voy a alargar caminos de caricia... (Poesía Vertical I - 39)
- Voy anotando en imágenes... (Poesía Vertical V - 18)
Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Roberto Juarroz:
Un amor más allá del amor...
Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y de la compañía.
Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
Un amor para estar juntos
o para no estarlo
pero también para todas las posiciones
intermedias.
Un amor como abrir los ojos.
Y quizá también como cerrarlos.
Callar puede ser una música... (Poesía Vertical VI - 20)
Callar puede ser una música,
una melodía diferente,
que se borda con hilos de ausencia
sobre el revés de un extraño tejido.
La imaginación es la verdadera historia del mundo.
La luz presiona hacia abajo.
La vida se derrama de pronto por un hilo suelto.
Callar puede ser una música
o también el vacío
ya que hablar es taparlo.
O callar puede ser tal vez
la música del vacío.
Algún día encontraré una palabra... (Poesía Vertical I - 51)
Algún día encontraré una palabra
que penetre en tu vientre y lo fecunde,
que se pare en tu seno
como una mano abierta y cerrada al mismo tiempo.
Hallaré una palabra
que detenga tu cuerpo y lo dé vuelta,
que contenga tu cuerpo
y abra tus ojos como un dios sin nubes
y te use tu saliva
y te doble las piernas.
Tú tal vez no la escuches
o tal vez no la comprendas.
No será necesario.
Irá por tu interior como una rueda
recorriéndote al fin de punta a punta,
mujer mía y no mía
y no se detendrá ni cuando mueras.
Estoy contigo... (Poesía Vertical VIII - 43)
Estoy contigo.
Pero por encima de tu hombro
me dice adiós tu mano que se aleja.
Entonces yo contengo mi mano
para que no nos traicione ella también.
E insisto:
estoy contigo.
Los innegables títulos del adiós
abandonan entonces provisoriamente sus derechos.
Y nuestras manos se aquietan
en las equidistancias de estar juntos.Décimacuarta poesía vertical (43) (Póstumo)
No hay nada que guardar.
Podemos dejar las puertas abiertas
o puestas las llaves en las cerraduras.
Podemos irnos con las manos vacías
y sin pensar qué llevamos
o qué dejamos.
Nos bastan las miradas,
que no se pueden guardar.
Ante el desenlace largamente previsto
lo imposible de guardar
es lo único que importa.El amor empieza...
El amor empieza cuando se rompen
los dedos
y se dan vuelta las solapas del traje,
cuando ya no hace falta pero tampoco
sobra
la vejez de mirarse,
cuando la torre de los recuerdos, baja o
alta,
se agacha hasta la sangre.
El amor empieza cuando Dios termina
Y cuando el hombre cae,
mientras las cosas, demasiado eternas,
comienzan a gastarse,
y los signos, las bocas y los signos,
se muerden mutuamente en cualquier
parte.
El amor empieza
cuando la luz se agrieta como un
muerto disfrazado
sobre la soledad irremediable.
Porque el amor es simplemente eso:
la forma del comienzo
tercamente escondida
detrás de los finales.