Los amigos no me llaman hace tiempo.
Ni para alguna partidita ya amañada.
Parece que ya no hay primos en el mundo.
Paso las tardes sólo. Oigo pisadas
que nunca se detienen en mi puerta.
Donde me ve, yo fui... A qué contarle.
Pero las cosas pasan. Tuve amores.
Y una mujer me hirió. ¿O es tan sólo
lo que yo hubiera querido que pasara?
No son mis manos las de antes. Pero aún
le ganaría dándole alguna mano de ventaja.
No me quejo de nada. Nada espero.
Al baño voy con regularidad.
Como de todo. Dormir... como los viejos:
Poco y a sobresaltos. Ya se sabe.
De vez en cuando salgo.
Me tomo algún vinito.
Y espero esa partida.
La que estuve
esperando.
Siempre.
Siempre.
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