La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.
Volver a Federico García Lorca
Su relato nos hace imaginar un escenario lleno de un manantial hermoso de fantasia. Mis hijas dejaron escapar un suspiro y un 'probrecito niño', cuando se lo lei por primra vez .
muy bonito
es uno de los poemas mas bonitos k e leido.lo e tenio k leer por el instituto
me e emocionado leyendo este poema!!
ES PRECIOSO!!
es bueno!!
sueño de enamorados,
para otros llegar a ella la meta,
por siglos ahí a estado,
iluminando con magna claridad nuestro planeta.
Gracias, Federico García Lorca . Estás presente
¡Me encanta la forma, fondo y estructura, en la que está escrito para ser declamado!
Gracias. Poemas del Alma
Rafael.
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