Es el río corriendo,
vena de la tierra. Vida.
Aire, soplo vital,
hálito divino,
una fuerza gigante
en la que me abismo.
Un dolor ancestral
que se agrieta en el pensamiento.
Una fácil palabra
que se crece adentro.
Una palabra que grita
que está viva,
un agua que canta en nahuat:
¡tauauasúua
tauauasúua!
Volver a Roxana T. E. Beltrán Velásquez