Dejóme Dios ver su cara
cuando entre paloma y flor
sobre aquel cielo mayor
brotó una blanca almenara;
dejóme Dios ver su cara?
Me miraba Dios acaso
cuando en la noche sin mella
dejaron lirio y centella
testimonio de mi paso;
me miraba Dios acaso?
El rostro de Dios veía
cuando en el desdén profundo,
tenaz ausente del mundo
por mi propia sangre huía
el rostro de Dios veía?
Me contemplaba Dios, me ve
ir de la ceniza al fuego
en un iracundo juego
la muerte quitandomé;
me contemplaba Dios, me ve?
O yo me estoy descubriendo
los ojos con que algún día
veré lo que no sabía
que en sueños estaba haciendo?
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