Las cariátides andan sobre piedras
como cisnes que anhelan otros cisnes
en los puertos surgidos de la luna.
Las cariátides y Pigmalión
conversan ateridos y distantes
sobre el cruel simulacro de la vida.
Mientras, transcurre la hora oscura
con el temblor añadido del invierno,
con la carne manchada por las flores.
Las cariátides quieren ser la noche,
esponjarse en sus húmedos lugares,
y brillar como grillos antropófagos.
Pigmalión se deslíe y sus palabras
constelan el aire, los madrigales,
y envenenan los besos terroríficos. .
¿Cómo no temer el tiempo impío
en que arden las crines ya salvajes
de las estatuas frías como un sol
apagado en la soledad del cosmos?
¿Cómo no amar el sortilegio
que cubre de sombras y de escamas
la tiniebla eterna que fluctúa
entre luces novas y saltamontes?
Las cariátides tocadas por el verbo
vuelven a ser mármol, a ser cisne
tallado en un litoral de isla.
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hola teresa espero que leas este mansaje ya que yo soy tu mejor admiradora,me encantan tus poemas del alma pero los que mas me gustan son cariatides,la nache son los que mas me gustan te hablo de honduras espero que reconoscas este pais que nesecita poemas de no destruir su medio adios teresa que dios te bendiga y te guarde conviertete a cristo para que cuando sea el dia nos vallamos juntas al cielo y la hagas poemas a Dios que el te ama a ti y ami y a todas las personas que existen en el mundo cristo te ama y yo tambien besos y abrazos
Mirian Domínguez. (Miriel).
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