Desperdigados pájaros ociosos
A pie por la lodosa hierba
En la que día gris
Deposita en silencio
Un leve sedimiento de luz turbia
Tan tenue dicha interminablemente
Ahora que no nos mira el mudo cielo
Y sólo ahora lo sabemos
Por un rato apeados del estruendo
A estirar nuestros miembros a aclarar los pulmones
En el ligero frío liso
Sin cenit y sin hora
En el lago de tiempo redimidos
Por un rato seguros de que un día
Ya curados por fin de esta torpeza
Para soltar los bultos
Que la avidez abraza
Empujando al deseo entristecido
Un día oscuro y frío
De tenue conmoción interminable
Bajo un cielo borroso de igualadas horas
Volveremos a casa
Volver a Tomás Segovia