Horas de pesadumbre y de tristeza
paso en mi soledad. Pero Cervantes
es buen amigo. Endulza mis instantes
ásperos, y reposa mi cabeza.
Él es la vida y la naturaleza,
regala un yelmo de oros y diamantes
a mis sueños errantes.
Es para mí: suspira, ríe y reza.
Cristiano y amoroso y caballero
parla como un arroyo cristalino.
¡Así le admiro y quiero,
viendo cómo el destino
hace que regocije al mundo entero
la tristeza inmortal de ser divino!
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Como sabemos Rubén Darío es un poeta muy admirado, pero aquí nos damos cuenta que el también admiraró.
Por qué? Buen alumno, lleno de regocijo.
Como sabemos Rubén Darío es un poeta muy admirado, pero aquí nos damos cuenta que el también admiraró.
Por qué?
Buen alumno, lleno de regocijo.
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