La madrugada
en que los gallos se volvieron locos
y la Torre de Pisa
fue mutilada por cantar
cantares de Ezra Pound.
La noche
en que los gatos desollados vivos
por el celo
arañaban el aire del tejado
y el amante de la adúltera
abandonaba el lecho tibio
para que el engañado descansara
la fatiga y el asma de la fábrica.
El día
en que la tierra envejeció mil años,
cuando Hiroshima se quemó de pronto
y los dorados delfines del dólar
se orinaron de gusto.
La hora
en que el amor no pudo continuar
su acompasado navegar,
su eterno navegar de cuerpo a cuerpo,
porque el pulmón azul del agua
se hizo fuego y flor,
alucinante flor de fuego.
Nunca el vino de Europa
después del último verano
de la guerra
fue más sangre del hombre.
Los que tornábamos del frente
mordíamos en las uvas
los labios
de nuestros compañeros muertos
y el trigo de los campos
nos recordaba el pelo
del último soldado acribillado.
Fue entonces
cuando la paz pesada
como el agua de múltiples cuchillos
nos quitó el estandarte;
nos cubrieron el pecho de medallas
y nos dejaron solos,
con el rencor ardiendo.
Somos chispas nostálgicas
de la hoguera que un día
habrá de reencender su llamarada.
Volver a Víctor Sandoval
daño para seres inocentes
dolor pletórico
y peligro latente
para la humanidad viviente.
Ezra Pound fué un gran poeta modernista americano,pero fascista y admirador de Mussolini e indirectamente mutiló con su antisemitismo mucho mas que a la Torre de Pisa.
No sé si "los dorados defines del dólar,se orinaron de gusto " en el desastre de Hiroshima y Nagasaki.También ignoro si las ballenas del yen, se cagaron de vergüenza en el ataque traicionero, sin guerra declarada en el desastre de Pearl Harbour.
Yamamoto, el gran Almirante japonés,al recibir las órdenes imperiales comentó : Me temo que vamos a despertar al león dormido".
Literariamente, como poema,aunque sentido y desgarrador me parece mediocre.
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