Tigre, tigre:
El poeta está sobre las ramas.
Allí lo veo como un ángel cotidiano.
El poeta vive sobre esas ramas verdes
o está tratando de vivir como quien pone
el pie en la tierra y el otro en lo infinito.
La eternidad, el tiempo todo, eres tú: tigre, tigre.
Dios mismo está en las rayas de tu traje.
Eres fiero como un ángel defendiéndose en el mundo.
El poeta no desciende sino para quedar dormido.
Y cuando duerme,
salta el tigre.
Hay un tigre en las ramas.
Hay un tigre sobre el árbol.
Hay un poeta dispuesto a saltar
hacia la presa,
el abismo,
la poesía,
el infinito.
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