(En desnudez intacta,
escalofrío, desmayo y sueño.
Debajo de sus senos nace un río
que olvida los temblores de su cuerpo).
¿Te quieres dar a mí hasta palidecer
desmayada en la noche?
¿Y que tu cabellera encienda
los trópicos íntimos del amor?
¿Sentir la claridad del alba
anegada en tus senos?
¿Hundirte en mí,
en la temeraria orfandad de la sangre?
Yo sueño verte un día
desnuda de tallos y de aurora,
señalando la transformación de las esferas,
alta de mediodía, cenital y luminosa,
solitaria, única: ¡eterna rosa!
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