Brasa en la llaga, sal en cada herida,
sombra en el sol, carámbano en el fuego,
río de luz que fluye en ojo ciego,
brújula encandilada y confundida.
Vas en mis venas como va la vida
en el ardor oculto que trasiego
y afirmas en mi pecho lo que niego
con la voz traicionada y malherida.
Vas en esta palabra renacido
con una decisión de ser tan fuerte
capaz de hacer arder hasta el olvido.
Y yo, que renunciara a retenerte,
me abandono en el cauce de tu oído,
lengua del mal, guijarro de la muerte.
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