Ya no sentís timbres
escándalos de otras puertas
timideces de toses
tartamudeos de orgías.
Ya no sentís nada.
De silencios te has hecho
para presentir ajetreos
de porvenires duros.
Y cuando te digo
fiesta de momentos
alegrías eternas
te sumergís
en páginas de mañanas
para abrir tus ojos
tan brillantes
en este momento.
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