Poemas de Consuelo Tomas
- A veces
- Círculo flotante
- Cuando un pedazo de sol...
- De la propensión a la puntualidad
- De la propensión a los olvidos
- De la propensión a los silencios largos
- De la propensión a reir
- El mendigo en la plaza
- El principio fue...
- El suicida
- La que murió virgen
- Petición al buhonero
- Suposición
Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Consuelo Tomas:
Suposición
Y si regresas
con otra mitad que te puso el mundo
perdida ya en la memoria de la piel
bajo tus manos
ausente el gesto del antiguo abrazo
no me busques.
Te prefiero limpio y humano
como cuando nos bebimos los dos
intentando atrapar la plenitud.
A veces
Suelo ser una mancha
con forma de ave o mariposa
un charco de minucias
un ramillete de olvidos
una canción rota por los lados.
Río a carcajadas
¿por qué no?
reir es una forma
de soltar los animales presos en el alma
entonces el rostro me cambia de forma
pierde su manera de tristeza mal copiada por los genes
imperfecto dibujo
con su medialuna y sus burbujas.
Lloro
¿por qué no?
cuando se bebe vino tinto
se tienen treinta y tantos años
y el mundo duele con sus cuatro esquinas artilladas
esta agua del ojo
justifica la pena de todas las ausencias
instaladas
entre la piel y los pasos.
El suicida
Lo ví caer de siete pisos y quebrarse las piernas
atónito asombrado incrédulo
llorar lamala jugada
retorcerse de ira en su cama del hospital.
Alguien dijo:
'lo que pasa es que
tampoco la muerte
acepta a los cobardes'
De la propensión a reir
Yo había llegado tarde al reparto de los dorados
dones.
Alguien que tenía prisa
olvidó una carcajada que memovió su cola.
Lástima me daba verla sin boca ni motivo.
La recogí aquel día memorable con cuidado
de madre
me la tragué despacio como quien traga espuma.
Desde entonces la risa me acompaña
me preserva del miedo a lo que se me esconde
de la vida sin abrazos
de sendero de ausencias adentro de mi pecho
y los cuchillos que clavan los formales.
No me permite distraerme en el lamento
ni autoidolatrarme.
Me mantiene alerta contra los infames
los que mientiendo humanidad destilan sombra
en jardines de hierro y fraude.
La risa recoge para mí
las flores queno alcanzo
y me ayuda a entender
la eterna vacuidad de aquellos que no ríen
por temor a que una carcajada enorme
se los trague.
El mendigo en la plaza
Ya no tiene cuerpo
sólo mirada con legañas
párpado y odio rancio
Ya no tiene ropa que le cubra
sólo pedazos de historia recortada
que nadie supo nunca y al fin y al cabo
a nadie le importa.
No será invitado al banquete
ni irá al cielo
Ya no tiene cuerpo
sólo una mano extendida
en la que no caen monedas
sino
gotas del último aguacero.
Cuando un pedazo de sol...
Cuando un pedazo del sol agonizaba en mi ventana
Y tus ojos miraban caer meteoros de cruda lejanía
Yo contaba los hijos que perdí en guerra sin nombre
Los animales enjaulados en mi boca
Y los dias vagabundo
Con el musgo entre mis piernas que no tuvo sello
Barcos fantasmas vi partir desde mi cuerpo
Mordí la ácida fruta de los nocturnos desamparos
Y las horas incrustaron alfileres de veneno
En mi carne fugitiva.