(II)
Doce de junio.
Hablé. Nosotros lo comprenderíamos.
¿Iba la noche a retener tu entrega?
Por la ventana el mar que nos separa.
Seremos uno interminablemente.
Ahora estás conmigo. Qué seguro,
qué distinto es el ser: en su coraje
me alcanzas. ¡Para siempre! Los poderes,
indolentes, ajenos, conocidos.
Hablé. Nosotros lo comprenderíamos.
¿Iba la noche a retener tu entrega?
Por la red el erial que nos separa.
Desnudos, absolutos, luminosos.
Esa boca aquí, cerca, nuestra, mía,
nuestra, tuya: si tuya, mía, mía:
lo feroz: arrecife de transcursos:
que yo, por ti, soy yo, todas tus veces.
Hablé. Nosotros lo comprenderíamos.
¿Iba la noche a retener tu entrega?
Por lo ayer el farol que nos separa.
En torbellino, frágiles, amándonos.
Ahora estoy contigo. Realidad,
ahora puedes afrontar el mar:
en la eficacia, el mar, con resistencia,
se levanta hacia el sol. Tú estás conmigo.
Ventana. Red. Lo ayer. ¿Qué nos separa?
Seremos uno, interminablemente
desnudos, absolutos, luminosos,
en torbellino, frágiles, amándonos.
Volver a David Rosenmann - Taub