Poemas de David Rosenmann - Taub
- Abismo
- Al Rey su trono (fragmentos)
- Alumbramiento
- Ataraxia (Ananda primera)
- Creación
- El Cielo en la fuente (fragmentos)
- El día
- El Manantial
- El raudal
- Hijo
- La Víspera (Ananda segunda)
- Pagano
- Pórtico
- Preludio
- Réquiem
Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de David Rosenmann - Taub:
Preludio
Después, después el viento entre dos cimas,
y el hermano alacrán que se encabrita,
y las mareas rojas sobre el día.
Voraz volcán: el nimbo pasaremos.
El buitre morirá: laxo castigo.
Después, después el grito entre dos víboras.
Después la noche que no conocemos
y extendido en lo nunca un solo cuerpo
callado como luz. Después el viento
La Víspera (Ananda segunda)
¿Vinieron ellos?
Sí.
¿También Él?
Sí, también.
¿Cenaron ellos?
Sí.
¿Y Él,
dime,
y Él
cenó,
dime,
cenó?
No sé,
no sé.
*
* *
Yo sí lo sé, y, también la cena, que se heló.
Ataraxia (Ananda primera)
De rodillas el Árbol.
Caigo sobre mis ojos: me acompaño:
sólo tengo caminos.
La luz clama: '¡Estoy ciega!'
Cunde frescos sentidos
el ansia, polvorienta, disoluta.
Los pies del cielo con mis pies tropiezan.
Vetusto claroscuro:
caminos y caminos y ninguna
huella. Jamás el mundo.
Alumbramiento
Oh henchido vientre, vientre luminoso,
la hora del mundo estalla;
abre las alas: suma claridad
rodea la granada.
Asoma, rayo de materna luna:
conoce el aire, mueve las entrañas;
manantial esperado, entrega el ronco
bramido: ciega lanza.
Oh bendita placenta nacarada.
Oh tempestuosa calma asiendo calma.
Oh hijo, desarraiga,
asoma, despiadado y escarlata.
Mármol, mármol que mana.
Piernas sangrientas: oh bullente escala.
Sube, hijo mío, hasta
que subida no haya.
Aviva, aviva, rasga
la telaraña, rasga;
hijo mío, raudal,
vendaval, trepa, asalta.
El cielo anhela contemplarte:
contempla el cielo cara a cara:
eres el día abriéndose en torrentes:
¡espuma!, ¡roca!, ¡jarcia!
Junta la herida con la herida,
junta la noche con el alba.
Hijo tendido hacia lo alto:
junta el pañal con la mortaja.
Oh jarcia, oh roca: arriba;
más arriba, campana;
más arriba, más arriba,
vendaval, trepa, asalta.
Quiero que encuentres a mi padre
como en encuentro de montañas:
el cielo anhela contemplarte:
contempla el cielo cara a cara.
Amado cuerpo de cansancio,
dolor amado, siembra amada,
funde en tus brazos a los que se han ido,
junta la noche con el alba.
Junta la herida con la herida,
junta mi carne con tu alma,
junta la herida con la herida,
contempla el cielo cara a cara.
Aviva, aviva, rasga
la telaraña, rasga;
hijo mío, raudal,
vendaval, trepa, asalta.
Oh henchido vientre, vientre luminoso,
la hora del mundo estalla;
asoma, rayo de materna luna:
conoce el aire, mueve las entrañas.
Abre las alas: suma claridad
rodea la granada.
Manantial esperado, entrega el ronco
bramido: ciega lanza.
Oh bendita placenta nacarada.
Oh tempestuosa calma asiendo calma.
Mármol, mármol que mana.
Piernas sangrientas: oh bullente escala.
Oh hijo, desarraiga,
asoma, despiadado y escarlata.
Sube, hijo mío, hasta
que subida no haya.
Manantial esperado, sube, sube,
abre las alas, sube, abre las alas,
asoma, rayo de materna luna:
conoce el aire, mueve las entrañas.
Oh henchido vientre, vientre luminoso,
la hora del mundo estalla;
abre las alas: suma claridad
rodea la granada.
Pórtico
Pastor dormido en la hierba,
tu caramillo sonando
en la lejana pradera:
¿quién en tus manos, avena?,
¿quién en tus manos, alfalfa:
pastor dormido en la hierba?
El oso peludo,
el rey juguetón,
molinete, embudo,
chinita de ron.
El rey juguetón,
girasol, dandún,
chinita de ron,
nata con betún.
Girasol, dandún,
escabel chiquito,
nata con betún,
dorado ombliguito.
Azulea que azulea
la mazorca en tu cabello,
pastor dormido en la hierba:
¿adónde queda tu tienda
de brezos, adónde queda?
-'En la lejana pradera.'
Escabel chiquito,
el rey juguetón,
dorado ombliguito,
chinita de ron.
El rey juguetón,
el oso peludo,
chinita de ron,
molinete, embudo.
El oso peludo,
nata con betún,
molinete, embudo,
girasol, dandún.
Retama, río, corteza,
corazón de la campiña,
pastor dormido en la hierba:
sobre la greda, más greda.
El Cielo en la fuente (fragmentos)
XVII
La rosa hacia la rosa: los ardores
ondulan y sucumben.
Como lo mío antes de mí, Jesusa
en otro corazón.
¿No buscará descanso?
En una página de arena y miedo
lee su nombre. Fardos los dominios.
Habrá murallas, pero no muy altas.