sin ideas nada se hace
no se irrumpe en la alegría
de saberse a sí mismo
no da la mano el amigo
no habría el dinero
no se le superaría
sin ideas nuestro lenguaje
no sería más allá del mugido angustioso
de la res en el rastro
no mallarmé no safo
aún con vida sin ideas
Volver a Enrique Noriega